Una piscina que huele a cloro es una piscina sucia…

Todos conocemos el desagradable olor del cloro que nos quema las fosas nasales. Contrariamente a la creencia popular, cuanto más huele una piscina a cloro, menos se desinfecta. Por lo tanto, evitamos bañarnos cuando hay un olor muy fuerte a cloro en la piscina.

Este olor proviene de las cloraminas, que son moléculas creadas en reacción al cloro, y de la materia orgánica (saliva, sudor, cosméticos…). Estas cloraminas son olorosas, y emiten gases, llamados tricloraminas, que son especialmente tóxicos si superan los 0,3 mg/m3

¿Cuáles son los efectos?

Los efectos a corto plazo de la cloramina son la irritación de los ojos, la nariz y la garganta.

A largo plazo, podrían, según los estudios del profesor Bernard en bebés nadadores en Bélgica, representar riesgos de problemas respiratorios.

Sin embargo, es complicado conocer todos los riesgos asociados a las cloraminas porque los estudios son todavía escasos. No obstante, en 2003 se reconoció la exposición a las cloraminas y se incluyó en el cuadro 66 de enfermedades profesionales.

¿Cómo evitarlos?

Hay que eliminar la mayor cantidad de materia orgánica posible antes de entrar en la piscina, lo podemos hacer tomando una ducha y pasando por un prediluvio.

Respeta las reglas básicas de higiene, ve al baño antes de entrar en la piscina. Siguiendo estas reglas, eliminarás la mayoría de las cloraminas, y podrás bañarse con total tranquilidad.

Si la piscina huele a cloro, ¡hay que esperar para nadar! A menos que quieras echarte un chapuzón en una piscina que no ha sido desinfectada, si ese así, también puedes nadar en un pantano.